Muertes de estrellas
A medida que el núcleo de una estrella se contrae, aumenta la intensidad de la radiación de esa superficie, creando una presión de radiación tal en la capa externa del gas que empujará a esas capas, formando una nebulosa planetaria. Si lo que queda después de que la atmósfera externa haya sido derramada sea inferior a 1,4 M☉, se reduce a un objeto relativamente pequeño del tamaño de la Tierra, conocido como una enana blanca. Las enanas blancas carecen de la masa como para que se produzca una compresión gravitacional adicional. La materia degenerada de electrones dentro de una enana blanca ya no es un plasma, a pesar de que las estrellas son generalmente conocidas como esferas de plasma. Eventualmente, las enanas blancas se desvanecen en enanas negras durante un período de tiempo muy largo.
A medida que el núcleo de una estrella se contrae, aumenta la intensidad de la radiación de esa superficie, creando una presión de radiación tal en la capa externa del gas que empujará a esas capas, formando una nebulosa planetaria. Si lo que queda después de que la atmósfera externa haya sido derramada sea inferior a 1,4 M☉, se reduce a un objeto relativamente pequeño del tamaño de la Tierra, conocido como una enana blanca. Las enanas blancas carecen de la masa como para que se produzca una compresión gravitacional adicional. La materia degenerada de electrones dentro de una enana blanca ya no es un plasma, a pesar de que las estrellas son generalmente conocidas como esferas de plasma. Eventualmente, las enanas blancas se desvanecen en enanas negras durante un período de tiempo muy largo.
Una explosión de supernova sopla las capas exteriores de la estrella, dejando un remanente tal como la Nebulosa del Cangrejo. El núcleo se comprime en una estrella de neutrones, que a veces se manifiesta como pulsar o erupción de rayos X. En el caso de las estrellas más grandes, el remanente es un agujero negro mayor de 4 M☉. En una estrella de neutrones la materia está en un estado conocido como materia degenera de neutrones, con una forma más exótica de materia degenerada, materia QCD, presente posiblemente en el núcleo. Dentro de un agujero negro, la materia está en un estado que no se entiende a la primera década del siglo XXI.
Las capas externas sopladas de estrellas moribundas incluyen elementos pesados, que pueden ser reciclados durante la formación de nuevas estrellas. Estos elementos pesados permiten la formación de planetas rocosos. El flujo de las supernovas y el viento estelar de las grandes estrellas desempeñan un papel importante en la formación del medio interestelar.
A medida que el núcleo de una estrella se contrae, aumenta la intensidad de la radiación de esa superficie, creando una presión de radiación tal en la capa externa del gas que empujará a esas capas, formando una nebulosa planetaria. Si lo que queda después de que la atmósfera externa haya sido derramada sea inferior a 1,4 M☉, se reduce a un objeto relativamente pequeño del tamaño de la Tierra, conocido como una enana blanca. Las enanas blancas carecen de la masa como para que se produzca una compresión gravitacional adicional. La materia degenerada de electrones dentro de una enana blanca ya no es un plasma, a pesar de que las estrellas son generalmente conocidas como esferas de plasma. Eventualmente, las enanas blancas se desvanecen en enanas negras durante un período de tiempo muy largo.
Una explosión de supernova sopla las capas exteriores de la estrella, dejando un remanente tal como la Nebulosa del Cangrejo. El núcleo se comprime en una estrella de neutrones, que a veces se manifiesta como pulsar o erupción de rayos X. En el caso de las estrellas más grandes, el remanente es un agujero negro mayor de 4 M☉. En una estrella de neutrones la materia está en un estado conocido como materia degenera de neutrones, con una forma más exótica de materia degenerada, materia QCD, presente posiblemente en el núcleo. Dentro de un agujero negro, la materia está en un estado que no se entiende a la primera década del siglo XXI.
Las capas externas sopladas de estrellas moribundas incluyen elementos pesados, que pueden ser reciclados durante la formación de nuevas estrellas. Estos elementos pesados permiten la formación de planetas rocosos. El flujo de las supernovas y el viento estelar de las grandes estrellas desempeñan un papel importante en la formación del medio interestelar.
Comentarios
Publicar un comentario